9/25/2008

Celebración de los 200

POR PAULO
Las ciudades pequeñas, como Riohacha, tienen una enorme ventaja frente a ciudades grandes como Bogotá: El tiempo rinde mucho más. Un Riohachero promedio dispone de dos a tres horas diarias más de tiempo libre que un Bogotano promedio (que usa esas horas para viajar de su casa al trabajo y viceversa). La pregunta que surge es ¿cómo puede aprovecharse ese tiempo libre?

Cuando llegué a Riohacha hace cuatro años estaba fascinado por la posibilidad de dedicar ese tiempo libre extra en algunas aficiones que tenía olvidadas por falta de tiempo, entre ellas el Cine. Tenía muchas ganas de ello porque ser un aficionado al cine en una ciudad grande es un poco frustrante: El cine comercial dispone docenas de salas, cuatro funciones diarias en la mayoría de ellas, más de 30 películas para escoger. Si le sumamos los cine club de universidades y fundaciones tenemos 20 títulos adicionales cada día. Casi 50 títulos para escoger y la mayor parte del tiempo no se dispone de tiempo para ir a ninguna. Eso es bastante frustrante.

En el otro extremo de la balanza está una ciudad como la Riohacha que conocí en 2004: Más tiempo libre pero pocas (casi nulas) posibilidades para aprovecharlo en aficiones como ésta. Por fortuna en 2005 conocí el cine club del salón circular y desde entonces he tratado de ser un asistente fiel y de difundir su existencia entre quienes conozco (también entre turistas amigos que vienen por pocos días a la ciudad). Hoy cumple 200 funciones y muchas personas han pasado por aquí, sin embargo, la mayoría de quienes fueron invitados en alguna ocasión solo asistieron una vez y jamás volvieron. ¿Por qué sucede esto?

Es claro que la actividad de nuestro cine club no podría calificarse de "entretenimiento" sino de "difusión cultural", y no porque la cultura no pueda ser divertida sino porque requiere del espectador una participación diferente, menos pasiva, más reflexiva y más predispuesta a aprender. Por ejemplo, hace algunas semanas se proyectó la película Ratatouille, y es muy diferenle pensarla como una película animada más para que los niños se diviertan que pensarla como una de las nominadas a los premios Oscar. La película es la misma, pero la actitud del espectador cambia.

El cine club hace un esfuerzo para que los espectadores aprendamos y tengamos esa actitud crítica y reflexiva frente al cine, sin embargo, parece que el esfuerzo es insuficientes, y que el poco que se hace se puede estar perdiendo como el de aquél que intenta empujar una pared. Lo digo enfocado en el escaso número de asistentes habituales (Seguimos siendo solo un puñado después de cuatro años, a pesar de tener el espacio y el tiempo disponible). ¿Dónde puede estar la causa de esto?

Todos estamos convencidos del enorme esfuerzo que hace Humberto por mantener activo el cine club (a veces sorteando toda clase de obstáculos) y estamos muy agradecidos por ello. Sin embargo, el hecho de que todo el esfuerzo y la responsabilidad sean asumidos por una sola persona deja en peligro su continuidad si esta persona falta. Lo hemos vivido varias veces: Cuando Humberto se ausenta, el cine club trastabillea, incluso puede llegar a caer como sucedió cuando fue suspendido varios meses. Es posible superar esta debilidad si solucionamos este par de problemas que son sus causas:

1. La incertidumbre presupuestal y falta de determinación del apoyo oficial. La cuestión presupuestal ha limitado mucho el crecimiento del cine club y ha impedido que se hagan mas actividades de promoción, talleres de apreciación del cine, conferencias, impide que se tenga disposición de un buen archivo fílmico y bibliográfico al respecto, incluso de un espacio físico dentro del edificio del centro cultural, que funcione como sede, oficina, filmoteca y biblioteca especializada en el tema. Podría incluso desarrollar talleres más especializados, como elaboración de guiones. La ganancia sería monumental comparada con la inversión necesaria.

2. Nuestra actitud como auditorio. Si bien hemos sido más o menos fieles en este tiempo, podemos hacer mucho más para consolidar nuestro cineclub y posicionarlo como un grupo líder de difusión cultural. En primer lugar necesitamos aumentar el número de asistentes habituales, pero esto no se hace invitando a personas que quieren ir solamente a divertirse (Ya hemos visto que esto no funciona) sino mostrando qué es un cineclub y cómo se puede y se debe participar en él y cuál es la diferencia con una sala de cine convencioal. Sería muy bueno ir a los colegios y universidades a promocionarlo, incluso podría conformarse algún cine club satélite en esas instituciones, pero para eso se requiere el apoyo presupuestal antes mencionado.

Además, debemos darnos cuenta de que asistir a la película no es la única manera de participar del cineclub. Necesitamos que haya más comunicación al interior del grupo de asistentes, que las ideas fluyan, que las propuestas se conozcan, que los comentarios enriquezcan esta labor. Una manera de hacerlo es utilizando el Blog, comentando las películas, sugiriendo temas y proponiendo ideas. El blog necesita ser reestructurado porque por el momento es una excelente herramienta que se está subutilizando. Necesitamos que lo visiten y comenten, pero para eso necesitamos que se actualice constantemente y que cambie a un formato que invite a la discusión. El blog también permitirá difundir las actividades y propuestas que puedan hacerse cuando el programa esté mas consolidado.

Como puede verse, nuestro cine club tiene muchas perspectivas para su crecimiento, pero necesitamos comenzar a hacer nuestra parte ahora.

Un Cordial saludo para todos, y que nuestro cineclub cumpla 200.000 funciones más.

Paulo César (El Forastero)



POR MILLER

Embebido, tal vez, en las historias heroicas y tenaces del cine, Humberto Penareti ha resistido la titánica labor de desarrollar un proceso formativo en apreciación audiovisual, navegando en este mar de carencias que circunda a Riohacha. Lo conocí aún antes de presentar la propuesta de creación del cineclub a la Dirección Departamental de Cultura, en la cual yo laboraba, e inmediatamente percibí en él la capacidad de la autocrítica y el análisis, aun cuando nunca ha sido de los que anda con el discurso bajo el brazo.

Por tres años fui el coordinador de las actividades artísticas que se realizaban en el Centro Cultural de La Guajira; labor que fue más bien honoraria con respecto al Cineclub, pues, además de ir a disfrutar de una buena película, pocas veces hubo necesidad de aportar o solucionar cosas con respecto a esta actividad que Humberto siempre ha tenido bien direccionada.

Hoy, el cineclub llega a su película número 200, escenario propicio para generar la reflexión en torno al futuro de este ejercicio de formación de público para el cine… ¿Cuál es la proyección del cineclub? ¿Qué estrategias se requieren para su correcta implementación? ¿Se requiere de actividades complementarias como talleres u otros ejercicios formativos en otras áreas de la cinematografía? ¿Cuál debe ser el rol de la Gobernación frente al cineclub? ¿Se requiere vinculación de la empresa privada? ¿Necesita un nombre?...

Interrogantes como los anteriores y sus posibles repuestas, deben surgir de nosotros que, unidos como la comunidad que somos, debemos defender esta actividad que semana a semana nos gratifica y llena un espacio en nuestras vidas. Solo cuando entendamos que somos responsables de nuestro destino colectivo y dejemos de esperar inertes que las soluciones nos caigan del cielo, solo cuando entendamos que para la solución de todo lo que nos afecte debemos ser proactivos y no sujetos pasivos; lograremos avanzar hacia el desarrollo que tanto hemos deseado para Riohacha, el cual, más que en el concreto o la industria, esta en la revolución de nuestro potencial social.


Miller Sierra Robles
Artista – Gestor Cultural

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paulo, tienes razón en decir que como asistentes habituales al cineclub tenemos mucho por hacer para que este espacio no desaparezca. El cine es cultura y la cultura es un bálsamo para los que vivimos en una ciudad donde las opciones de diversión se reducen a tomar trago y caminar la calle primera... Qué nuestro cineclub complete un millón de proyecciones más y que siga pasando tan buen cine!!! Ah y gracias a Humberto por la persistencia.